Ya no sé si me es importante saber
si son torpes o si desinterés, soy.
¿O si qué?
Pero si es necesario decir que podría llegar al acuerdo con dos manos que logren ceñir el pelo detrás de la nuca, eso para empezar.
La lengua que tantee -y que haga el movimiento sin tanta obviedad, o con una obviedad poco mecánica- y perseguir el límite labios- espacio para poder continuar.
Arriba, movimientos en redondo que se cumplan de a una redondez a la vez. Por acá pero más allá: dedos redondeados.
Escalera que decrezca pero que lo haga procurando la tensión.
Que la boca esté pero en otro grado de presencia: una más al tacto, un desenfreno con estampa.
Seguirse pero dejarse a la resistencia para que todo culmine más alto
(No podía dormir sola. Ya no duermo)
Y si nos gusta,
y hasta pudimos lograr un acercamiento metacarnal (si existe, ¿existe?)
Prometernos que nos veremos con más distancia, y que vamos a llorar por la distancia para así
no clavarnos materialización en una tonta sien
que nos separa de las idealizaciones
Porque no sabemos vivir sin sentir mal
Sin ser medidores de ánimos, de gustos, especuladores-idiotas-humanos.
O hasta que me canse de regalar pistas, o hasta que acepte que soy yo e inexistencia,
Hasta que me canse de dar pistas
Y,
“Que todo mejor”
Porque no existimos.
Porque Nos veremos menos,
es decir,
Nos imaginaremos
nos idealizaremos
Menos.
¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué no?
domingo, 5 de agosto de 2007
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